La cerámica, o alfarería, es una de las artes más antiguas que se conocen. Cualquiera puede lograr pingües beneficios con su propio trabajo en esta industria, y también construir por sí mismo el equipo necesario, con sólo un pequeño desembolso inicial
Confirmando lo aseverado por la Srta. Jane Foyer, autoridad nacional reconocida en escultura cerámica, hay dos métodos a seguir en dicha actividad: Con el primero se vacía el material en moldes de yeso; con el segundo, se modelan o tornean sobre un torno de alfarero o ceramista. El primer procedimiento permite una gran variedad de diseños, que abarcan desde un simple plato hasta complicados grupos de figuras. También hay diversas variantes menores en ambos métodos. En el método de vaciado, se hace primero un modelo en arcilla del sujeto y se cubre éste con yeso, para formar un molde de dos partes. Tratándose de formas más intrincadas, con frecuencia se hace dicho molde en varías partes. Una vez vaciado el yeso, se abre el molde y se quita del mismo el modelo. Se arma nuevamente el molde y se llena con arcilla liquida o papilla. Una vez que el material se ha asentado o solidificado lo suficiente para conservar su forma, se abre nuevamente el molde y se quita el modelo de arcilla. Acto seguido, se le quitan cuidadosamente las rebabas y se alisa la superficie total con una esponja húmeda, colocándose entonces en un horno para su cocimiento. A continuación, y por medio de un pincel o rociado, se le aplica color, para luego sumergirlo en una solución vitrificante y cocerlo en el horno, dándole así la superficie glaseada que lucirá finalmente. Cuando se moldea en el torno de ceramista, el objeto es formado manualmente, sin emplear molde o plantilla.
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