Si se toma usted el tiempo necesario para reparar esmeradamente su caña de bambú antes de salir de pesca, no tendrá que lamentar más tarde el magnífico ejemplar que se le escapó. Un pescador cuidadoso arma y comprueba su caña entre excursiones y revisa cada detalle de la misma, desde el asiento del carrete hasta el extremo de la vara. por lo menos dos veces al año.
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